Recientemente Joy y yo nos juntamos con una amiga quien no habíamos visto por algunos tres años y nos quedamos asombrados cuando la vimos. Hace algunos años ella hizo una muy mala decisión moral lo cual ultimadamente le causo un fracaso. Como resultado, ella sufrió de gran depresión y se descuido emocionalmente, físicamente, y también espiritualmente. Fue muy triste ver su condición. No pude dejar de pensar como las decisiones que tomamos nos hacen en lo que llegamos a ser.
En mi juventud recuerdo como fui desafiado a servir a Dios con mi vida y estoy muy agradecido con Dios que hice esa decisión. Esa decisión cambio mi vida totalmente — ambos para esta vida y para la próxima. No sé donde estaría hoy si no hubiera hecho esa decisión importante que cambio mi vida. No puedo decir que cada decisión que he hechos desde entonces ha sido buena o sabia. Sin embargo, por cada decisión que yo he hecho, siempre he cosechado las consecuencias.
Como otro ha dicho sabiamente, "Es decisión — no casualidad — que determina nuestro destino." Esto es cierto para cada individuo — a menos de que uno tenga una enfermedad mental.
La realidad es que todos hacemos muchas decisiones todos los días. La mayoría de estas son decisiones sencillas, pero de vez en cuando somos llamados a hacer decisiones grandes que, en cambio, siempre tienen gran consecuencias para bien o para mal dependiendo en las decisiones que hagamos.
Sin embargo, hay una decisión que es, definitivamente, la más crítica de todas las decisiones de la vida porque no solo afecta esta vida, pero también nuestra vida después de la muerte. Es la decisión de seguir y servir a Dios, y de recibir Su perdón por todos nuestros pecados, sin lo cual no hay entrada alguna al Cielo de Dios. Como Dios les dijo a los Israelitas antiguos, "Elijan ustedes mismos a quiénes van a servir."2 Nosotros, también, somos llamados a hacer esta elección.
"Querido Dios, gracias que tú has hecho posible que yo pueda decidir aceptarte y servirte. Por favor ayúdame a hacer esa decisión, no solo para hoy, pero para toda la eternidad. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco.
de: acts@actsweb.org