Expresar gratitud tiene numerosos beneficios, como una mayor felicidad, relaciones más satisfactorias y paz mental. La gratitud se considera una virtud en casi todas las culturas.
La gratitud tiene también una gran capacidad para producir cambios en las personas. Expresar gratitud es un camino hacia una mayor felicidad. Pero las personas no siempre tienen tendencia a expresar gratitud. Por tanto, es una virtud que debe ser aprendida y cultivada.
Los efectos de la gratitud
• Aumenta la autoestima y la sensación de valía personal
• Incrementa el comportamiento ético
• Ayuda a construir vínculos con los demás
• Ayuda a afrontar el estrés, trauma y adversidad
• Inhibe las comparaciones negativas con los demás
• Nos ayuda a adaptarnos a nuevas circunstancias
• Ayuda a combatir las emociones negativas
La gratitud puede expresarse de diversas formas. Puedes sentirte agradecido muchas veces a lo largo del día por las pequeñas cosas que te suceden, aunque sea encontrar aparcamiento con facilidad, tener un buen día en el trabajo, que tus hijos pongan la mesa sin pelearse o que florezca una planta en tu balcón.
También puedes expresar gratitud a los demás, no solo por hacerte algún favor, sino tan solo por ser parte de tu vida, escuchar tus problemas o no rechazarte cuando tienes un mal día y estás de mal humor.
Expresar gratitud no tiene nada que ver con la religión o la creencia en dios. Puedes estar agradecido a la vida, al mundo, a tu ser interior, a todo en general o a nada en particular. Es tan solo esa sensación de agradecimiento que no es necesario dirigir hacia nada ni nadie en particular.
Como aumentar tu gratitud
Si quieres expresar más sentimientos de gratitud y conocer sus beneficios, estas son algunas de las cosas que puedes hacer:
1. Proponte prestar más atención a cualquier momento de tu vida por el que puedes expresar gratitud.
2. Utiliza un diario de gratitud, donde escribes cada día todas las cosas buenas que te han pasado, por pequeñas que sean. Esto hace que tu atención se centre más en lo positivo de tu día a día y te ayuda a ser consciente de las cosas por las que puedes estar agradecido.
3. Escribe una carta de gratitud a una persona a quien te sientas agradecido por algo. No es necesario que envíes esa carta, aunque enviarla o dársela a esa persona puede aumentar los efectos positivos.
4. Busca una persona con la que practicar la gratitud. Consiste en ponerte de acuerdo con alguien para contaros las cosas buenas que os suceden. Cada uno debe procurar escuchar al otro y sentir su alegría y gratitud, compartiéndola y alegrándose por la otra persona.
5. Expresa gratitud a los demás. Exprésales directamente tu agradecimiento por lo que hacen por ti, sus detalles, su amabilidad, o el efecto que tienen en tu vida.
6. Concéntrate en el sentimiento de gratitud y trata de evocarlo. Piensa en algo por lo que te sientes muy agradecido y cuando aparezca ese sentimiento de gratitud, concéntrate en él, siéntelo plenamente durante un rato, deja que invada todo tu ser y apréndetelo. Acostúmbrate a evocarlo de este modo, para sentirlo con frecuencia durante el día.
Recuerda que puedes ir caminando por la calle y estar experimentando ese sentimiento de gratitud solo por caminar al aire libre, porque hace sol o porque llueve, porque llegas a fin de mes, porque tienes a alguien importante en tu vida, por cualquier cosa, porque mientras lo estés sintiendo serás más feliz y te sentirás mejor contigo mismo, con los demás y con el mundo a tu alrededor.
Por Ana Muñoz
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El divino don de la gratitud
THOMAS S. MONSON
President of the Church
Un corazón agradecido… se logra al expresar gratitud a nuestro Padre Celestial por Sus bendiciones y a aquellos que nos rodean por todo lo que aportan a nuestra vida.
En el libro de Lucas, capítulo 17, leemos sobre Él:
“Y aconteció que yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
“Y al entrar en una aldea, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos
“y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
“Y cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que, mientras iban, fueron limpiados.
“Entonces uno de ellos, cuando vio que había sido sanado, volvió glorificando a Dios a gran voz,
“y se postró sobre su rostro a los pies de Jesús, dándole gracias; y éste era samaritano.
“Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
“¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios, sino este extranjero?
“Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha sanado”2.
Mediante la intervención divina, a quienes eran leprosos se los libró de una muerte larga y cruel, y se les dio una nueva esperanza. La gratitud que expresó uno de ellos mereció la bendición del Maestro, mientras que la ingratitud que demostraron los nueve causó Su desilusión.
Mis hermanos y hermanas, ¿nos acordamos de dar las gracias por las bendiciones que recibimos? El dar sinceras gracias no sólo nos ayuda a reconocer nuestras bendiciones, sino que también abre las ventanas de los cielos y nos ayuda a sentir el amor de Dios.
Mi amado amigo el presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Cuando caminas con gratitud, no andas con arrogancia, presunción ni egoísmo; caminas con un espíritu de agradecimiento que te favorece y te bendecirá”