“¿Usted permita que un mal conductor, un mesero maleducado, un jefe grosero, o un empleado insensible le arruine el día? La marca de una persona [madura] acertada es que tan rápido él/ella puede volver a concentrarse en lo que es importante.
“Me subí a un taxi, y salimos para la Estación Central. Conducíamos en el carril derecho cuando, repentinamente, un coche negro salió del
lugar donde se encontraba estacionado quedando delante de nosotros. ¡El conductor del taxi freno rápidamente, el taxi patino y logró evitar al otro auto por tan sólo varios centímetros. El conductor del otro coche, el individuo que casi causó un gran accidente, volteo hacia nosotros y comenzó a gritarnos malas palabras. El conductor del taxi sonrió y saludo al individuo. Y en verdad, él fue muy amable.
“Así pues, dije, ‘¿porqué hizo usted eso? Este individuo casi arruinó su coche y por poco nos envió al hospital.' Y aquí es cuando el conductor del taxi me dijo lo que ahora yo llamo `la ley del camión de la basura.' Él dijo, ‘muchas personas son como el camión de la basura. Ellos van llenos de basura, llenos de frustraciones, llenos de cólera, y llenos de decepciones. Y al ir subiendo la pila de la basura, ellos necesitan un lugar dónde descargarla. Y si usted los deja, la descargarán en usted. Cuando alguien desea descargar en usted, no lo tome como algo personalmente. Usted solo sonría, salude, deséeles que les vaya bien, y siga por su camino.’
“Comencé a pensar, ¿cuántas veces dejo que los camiones de la basura pasen sobre mí? ¿Y cuántas veces tomo su basura y se la paso a otros: en el trabajo, en casa, en las calles? Ese es el día en que dije, `no voy a hacerlo más.'”2
Sin embargo, como muchos de nosotros lo sabemos es más fácil decirlo que hacerlo. Cuando reaccionamos en contra de las personas que “descargan su basura” en nosotros, nosotros necesitamos comprender que lo que hace la otra persona es su problema – pero es el grado al que reaccionamos lo que lo hace nuestro problema...
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