“Reconozco que, a veces, algunas de nuestras más fervientes oraciones quedan al parecer sin respuesta. Nos preguntamos: ‘¿Por qué?’. ¡Sé lo que se siente! Conozco los temores y las lágrimas de esos momentos. Pero también sé que nuestras oraciones nunca son desoídas, que nuestra fe nunca pierde su valor. Sé que la visión de nuestro omnisciente Padre Celestial es infinitamente más amplia que la nuestra. En tanto nosotros sabemos de nuestros problemas y dolores mortales, Él sabe de nuestro progreso y potencial inmortales” (“Jesucristo: El Maestro Sanador”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 86).
Russell M. Nelson
¿Que puede ayudarnos a tener fe, incluso cuando nuestras oraciones justas no son contestadas de inmediato, o en la forma que esperamos o deseamos?
Oración
Comunicación reverente con Dios durante la cual la persona da gracias y pide bendiciones. La oración se dirige a nuestro Padre Celestial en el nombre de Jesucristo y puede hacerse en voz alta o en silencio. Los pensamientos también pueden ser una oración si se dirigen a Dios. La canción de los justos puede ser una oración a Dios (DyC 25:12).
La finalidad de la oración no es cambiar la voluntad de Dios, sino obtener para nosotros y para otras personas las bendiciones que Dios esté dispuesto a otorgarnos, pero que debemos solicitar a fin de recibirlas.
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“¿Han reflexionado en la eficacia de sus oraciones? ¿Cuán cerca se sienten de su Padre Celestial? ¿Creen que sus oraciones son contestadas? ¿Sienten que el tiempo que dedican a orar enriquece y eleva su alma? ¿Se puede mejorar?
“Existen muchos motivos por los que nuestras oraciones quizás carezcan de poder. A veces se convierten en algo rutinario A veces se convierten en algo rutinario; las oraciones se tornan vacías cuando decimos palabras similares una y otra vez con tanta frecuencia que éstas se convierten en una recitación en vez de en un acto de comunicación. Eso es lo que el Salvador describió como ‘vanas repeticiones’ (Mateo 6:7). Tales oraciones, agregó, no serán escuchadas…
“¿Suenan a veces sus oraciones casi igual? ¿Han orado alguna vez mecánicamente, como si las palabras salieran de una máquina? ¿Suelen aburrirse cuando oran?
“Las oraciones que no exigen gran parte de nuestra dedicación no merecerán que nuestro Padre Celestial les preste demasiada atención. Si se dan cuenta de que sus oraciones se están convirtiendo en algo rutinario, deténganse y piensen. Mediten un momento en las cosas por las que se sienten agradecidos” (“Improving Our Prayers”, [palabras pronunciadas en un devocional de la Universidad Brigham Young, 21 de enero de 2003], pág. 2, speeches.byu.edu). Joseph B. Wirthlin
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