una gruesa cubierta de lana, plumas y piel de los animales que ella ha matado, haciendo el nido suave y cómodo para los huevos.
Cuando los aguiluchos están en edad de volar, la comodidad del nido y el lujo de las comidas gratis los hace reluctantes a abandonar el nido. Aquí es cuando la madre empieza a mover cosas en el nido. Con sus fuertes espolones empieza a remover las capas de piel y plumas, sacando a la superficie las rocas y las ramas. Entre más remueve del nido, este deja de ser un lugar cómodo para los aguiluchos. Eventualmente, esto y otros factores ayudan a que las aves dejen el nido y se muevan hacía un comportamiento mas maduro.”2
Ayer vimos que la motivación sale de adentro de uno mismo—que solo nosotros podemos motivarnos. Cuando se trata de crecer, sin embargo, hay otra razón que nos ayuda a motivarnos—y ese es el dolor que es causado o permitido por Dios. Como la madre águila “motivando” a sus aguiluchos a salir y alcanzar su potencial, el dolor y los problemas en nuestras vidas pueden ser la llamada de Dios “para mover nuestro nido” y motivarnos a salir de nuestra zona de confort y crecer en el potencial que Dios nos ha dado para convertirnos en lo que él desea para nosotros y que hagamos su voluntad.
Sin embargo, es mejor ponerse a pensar. Si escogemos salir “fuera del área de confort del nido’ y nos sentimos motivados a participar en el trabajo de Dios, podríamos evitar algunas de las espinas que Dios tal vez necesite enviarnos para ayudarnos a salir de nuestro nido.
de: acts@actsweb.org