... Se cuenta la historia de cómo un buen amigo de Henry Ford estaba muy molesto porque Ford no compró una póliza de seguro de vida con él.
Cuando le preguntó porque había comprado la póliza a un extraño y no a él, Ford contestó, “nunca me lo pediste.”
Cuando alguien desea algo de mí, yo quiero que
me lo pidan directamente, y que no le den vueltas al asunto o traten de manipularme, etc.
De acuerdo a las palabras de Jesús, Dios desea que hagamos lo mismo—que seamos directos, detallados y con determinación; esto es, pedir directamente lo que deseamos—“Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”
de acts
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Maximo:
Nos agrega Hickman, que no nos debemos preocupar demasiado si cometemos errores o si tenemos caídas. Los conquistadores de la cima comprenden que los retrocesos temporales vienen junto con el territorio que se recorre. Cualquiera sea su área escogida para la excelencia, usted va a fallar de vez en cuando.
Nos guste o no, todos cometemos errores. Es conveniente que grabemos esta idea en la memoria: el fracaso nunca es fatal y nunca es lo último.
Deben verse los errores y las dificultades solamente como momentáneos pequeños obstáculos en el camino, proporcionándonos una nueva oportunidad para encontrar una manera diferente de hacer mejor las cosas.
Se nos indica que en ese trabajo en que estamos comprometidos de mejorar nuestro comportamiento, ir adquiriendo seguridad en nosotros mismos, se tenga presente, que se debe concentrar la mente en las metas que tenemos o en los ideales por los que luchamos nos ayuda a mantener la motivación.
Puede que estés realizando una actividad rutinaria o poco significativa, pero si te ayuda en el camino a conseguir tus grandes metas, entonces pasa a ser importante y es bueno hacerlo bien y con gusto. La mayor felicidad está en tener ideales por los cuales luchar en la vida.
Además, da fuerzas para vencer cualquier obstáculo. Una vida sin grandes metas ni ideales, es más bien una vida pobre y mediocre.
Mediocre, porque estamos desarrollando a medias nuestras enormes potencialidades y capacidades.
Las grandes metas son desafíos que estimulan y sacan lo mejor de cada uno. Se consigue felicidad mientras se camina hacia los ideales.
Mientras más estímulos tengamos, o sea, más actividades y personas que nos conduzcan a nuestros ideales, nuestra motivación se mantendrá fácil. Si los estímulos son poco intensos, necesitaremos más motivación para mantener nuestra atención.
Sergio Valdivia nos proporciona un código de cortesía que debemos tomarlo en cuenta, a saber:
Fracaso no significa que somos unos fracasados. Significa que todavía no hemos tenido un buen éxito.
Fracaso no significa que no hemos logrado nada. Significa que sí hemos
aprendido algo.
Fracaso no significa que hemos actuado como necios. Significa que sí hemos tenido mucha fe.
Fracaso no significa que hemos sufrido el descrédito. Significa que sí
estuvimos dispuestos a probar.
Fracaso no significa falta de capacidad. Significa que debemos hacer las cosas de distinta manera.
Fracaso no significa que somos inferiores. Significa que aún no somos
perfectos.
Fracaso no significa que hemos perdido nuestra existencia. Significa que tenemos buenas razones para empezar de nuevo.
Fracaso no significa que debemos echarnos atrás. Significa que sí tenemos que luchar con mayor ahínco.
Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas. Significa que sí tardaremos un poco más en alcanzarlas.
Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado. ¡Significa que Dios tiene una idea mejor!
Carlos Devis